Yo...sigo.
La feria de Buxton vino y se fue. Y no pasó nada. Lo intenté. Mayormente estilos nuevos, atractivos, variados. Para todos los gustos y para todos los bolsillos. Y sin embargo, nada. Partí mis precios por la mitad, incluí manualidades, tarjetas… ni una rosca. Interés, sí. Preguntas, sí. Pero nadie sacó el monedero.
Pero yo, sigo. Otra vez. Y otra. ?Por qué?
Pues porque por mucho que me gustaría, esto no es ni nunca llegará a ser un negocio. Es diversión, es placer. Me convierto en una nueva persona, más calmada y más amable, cuando pinto. Me da un sentido del propósito y me da paz.
Todos los días salgo ganando.
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