VENDER

Vender una pintura a un amigo que te apoya y te anima es como aprovecharse de esa amistad. Es también como hacer trampa.

Vender una pintura a un perfecto extraño, un miembro del público que no tiene motivo alguno para congraciarse contigo es algo diferente.

Recibir un reconocimiento realmente desinteresado por tu trabajo cuando un desconocido elija pagar por algo que tú has producido simplemente por placer lleva las cosas a otra dimension totalmente diferente.

He dicho anteriormente que todos mis trabajos son una parte de mí. Ciertamente lo son.

Y ahora una persona de la que no sé nada y que no sabe nada de mí tiene una parte de mí en su pared. Un sentimiento nuevo para mí. Un sentimiento de satisfacción, orgullo, gloria… pero también de nostalgia.

Se me llevaron un cuadro totalmente planeado y estudiado con anterioridad a su ejecución. Realmente un proyecto. Bien pensado antes de ni siquiera coger un pincel. Y todo pasó durante uno de los momentos más difíciles de mi vida en los que perdí todo el control de todos los acontecimientos que gobernaban desde ese momento mi vida. Tenía miedo pero también estaba en paz con lo inevitable.

Para resumir, un auténtico pedazo de mi ser que espero que ahora esté proporcionando un placer contínuo a otros.

El auténtico objetivo de lo que es el ARTE.