¿Oeladas de Arte, o Arte en Aguas Estancadas?

Me encanta Bridlington. Respirar el aire marino de nuevo. Escuchar de nuevo la llamada de las gaviotas. Bañar mis ojos de nuevo en la infinidad azul del mar.

Tomar parte en el festival de Artwaves es un honor, una experiencia emocionante donde conocer nuevos y no tan nuevos artistas interesantes. Un lugar alucinante, un ambiente alucinante… pero un pobre negocio.

Una vez más. Carga el coche, conduce durante horas, descarga el coche, ponte nerviosa y contenta, organiza tu exposición, comprueba esto, comprueba lo otro, comprueba todo otra vez, pon precios a tus obras, distribuye tu trabajo de la manera más atractiva, habla con la gente del público, recoge un montón de comentarios positivos y admiraciones. Hasta incluso tener al Delegado de Cultura totalmente interesado en hacerte un encargo personal…

Vender? Nada.

El festival es una buena manera para las familias de pasar el dia. Se dejan caer por tu exposición bien antes o después del típico pescado frito y patatas fritas en el puerto y se pasan para mantener a los chiquillos entretenidos. Un gran sentido de la comunidad.

Pero nada de ventas. Bueno, al menos no muchas en el sótano, donde habían situado, bien escondidos, a todos los pintores! A lo mejor el único pintor que pudo posicionarse en la sala principal justo al entrar sí que vendió…

Muchos de nosotros, los pintores ‘de abajo’, dudábamos si volveríamos al año siguiente. Más bien no. Igual que todos los pintores del año anterior que tampoco estaban…

Tengo un sueño, incluso dos…!

Uno es que Artwaves reconsidere sus técnicas de marketing y dónde y cómo posicionan a sus expositores.

El otro es que Ian Rayner, el Delegado Interino de Cultura y Servicios al Cliente de la provincia de East Riding, se digne ponerse en contacto conmigo, como prometió, para por lo menos discutir el encargo por el que tenía tantísimo interés.

A tu salud, Ian…puede que incluso te regale un retrato tuyo gratis…